martes, 8 de junio de 2010

A Venezuela la cambiamos

Desde los 13 años estoy yendo a marchas, me gustaba ver el ánimo de las personas y miles de banderas de Venezuela-aunque confieso que iba primeramente porque quería acompañar a mi mamá y no por la convicción y el compromiso que siento ahora.

Era la que en 8vo grado se paraba en la clase a hablar de política y nadie entendía nada, nadie decía algo. Me sentía fuera de lugar cuando hablaba del paro con una profesora chavista. Iba por la calle quejándome del mal trabajo del alcalde y que teníamos que exigirle que arreglara esa calle. Esa que no se quedaba callada con los problemas de la sociedad, de las que lloraba –y aún- cuando veía las imágenes del 12 de abril y las de la plaza Altamira.

Yo tenía 16 años, ¿qué podía hacer una joven de 16 años sola, sin más estudiantes o amigos que fueran a la marcha con ella?, esa niña no entendía lo que podía hacer hasta que:

Hace tres años, en el 2007, Douglas Barrios junto con otro grupo de estudiantes, fueron a la AN y dijo “Una generación que luchará hoy, mañana y siempre por ser libres y verdaderamente humanistas. Soñamos con un país en donde podamos ser tomados en cuenta sin tener que estar uniformados”, mientras decía esto se quitaba la camisa roja y dejaba ver la camisa blanca que llevaba abajo, blanca, el color de la paz.
Esta acción y unas siguientes me hicieron entender que fuera de mi liceo había gente, había jóvenes, había estudiantes que opinaban igual que yo, que querían echar pa’ lante y con eso, con el gran trabajo que hicieron por la libertad de expresión por el antojo del gobierno de cerrar RCTV, entendí que el futuro y el cambio estaban en mis manos.
A veces es difícil encontrarse con tanta apatía, con personas que no saben la importancia de la política en la sociedad- y claro, con tanta corrupción ¿quién pudiera creer en la política hoy en día?-pero es reconfortante encontrarse con el movimiento estudiantil, gente comprometida y luchadora, que defiende principios, y que va mucho más allá de la política sino de los problemas que tenemos día a día y que a veces ni nos afectan directamente, pero ahí estamos, con la sociedad.

En el movimiento estudiantil te encuentras con esos jóvenes que aman a esta patria sobre todas las cosas y que con ética, valores y compromiso, deciden tomar las riendas del país desde su comunidad, universidad y en algunos años desde cargos de elección popular.

No me queda duda de que este país lo cambiaremos, somos una generación que hará historia, y no puedo esperar para ver en 20 años un documental de todo lo que logramos con constancia, trabajo, sudor pero con convicción y amor por este país, MI PAÍS, MI VENEZUELA.

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